Fuente: CROCK
El 13 de julio de 1985, el estadio londinense de Wembley albergó el legendario concierto benéfico Live Aid, que sirvió de escenario para lo que se convertiría en la actuación más icónica de Freddie Mercury: una deslumbrante muestra de talento para el show en la que el bigotudo líder de Queen tenía a toda la multitud en la palma de su mano. Lamentablemente, solo siete años después de los famosos «Eh-Oh» de ese día, ese mismo escenario se convirtió en el lugar en el que se recordaría al genio musical de Mercury.
Las semillas del concierto tributo a Freddie Mercury se sembraron en la noche del 24 de noviembre de 1991. Ese fue el día en que Mercury murió por complicaciones relacionadas con el SIDA, solo 24 horas después de revelar públicamente su diagnóstico. Sus compañeros de banda Brian May, John Deacon y Roger Taylor, y su mánager, Jim Beech, querían darle a su viejo colaborador musical una gran despedida. También estaban decididos a generar más conciencia sobre la enfermedad que le había quitado la vida a Mercury, al tiempo que recaudaban dinero para ayudar a financiar más investigaciones sobre el VIH y el SIDA.
Como uno de los grupos más influyentes y con mayores ventas en la historia del rock, los miembros sobrevivientes de Queen pudieron contar en la ocasión con algunos invitados bastante impresionantes, y gracias a la afición de Mercury por mezclarse en los círculos glamorosos del mundo del espectáculo, también algunos talentos muy eclécticos. ¿Dónde más podría uno ver a los gigantes del metal Metallica, al cantante de soul de los 80 Paul Young y a la realeza de Hollywood Liza Minnelli en la misma cartelera? No es que las 72.000 personas que llenaron el estadio durante tres horas supieran cuán diversa sería la grilla. De hecho, no se había confirmado ni un solo nombre cuando salieron a la venta las entradas. Los fans de Queen simplemente confiaban.
Es cierto que no todos estaban contentos cuando se supo cuáles eran los grupos que iban a actuar. La organización activista contra el SIDA ACT UP se ofendió especialmente con la inclusión de Guns N’ Roses, debido a la homofobia percibida en su álbum «Appetite for Destruction». Axl Rose tampoco se hizo ningún favor al aparecer con una remera que tenía la leyenda «Kill Your Idols». Eventualmente la cambió por una camiseta de fútbol americano. Aún así, como los artistas iban pasando rápidamente por el escenario, incluso si había algún grupo o cantante que no era particularmente del gusto de uno, no había que esperar demasiado para que algo más atractivo subiera al escenario.
Dividido en dos partes, el Tribute Concert, que tuvo lugar el 20 de abril de 1992, abrió con un mensaje de bienvenida de Queen antes de dar a los rockeros la oportunidad de presentar sus respetos a Mercury y su talento. Algunos artistas mostraron una afinidad más obvia por la banda: Extreme, famosos por la balada «More Than Words», interpretaron un popurrí repleto de éxitos, desde «Fat Bottomed Girls» hasta «Another One Bites the Dust», mientras que Def Leppard invitó a May para unirse a ellos en una versión de «Now I’m Here». Mientras tanto, otros artistas parecieron usar el concierto estelar como una oportunidad más para promocionar sus últimos álbumes tocando sus propios éxitos. U2, que apareció vía satélite desde California, le dedicó a Mercury una interpretación en vivo de su canción «Until the End of the World».
Gran parte de la primera mitad del show parecía haber sido organizada a través de un generador random de artistas, con una breve aparición de los parodistas de rock Spinal Tap, una actuación filmada en Sudáfrica del colectivo afropop Mango Groove y un discurso de prevención del SIDA pronunciado por Elizabeth Taylor. La segunda mitad, sin embargo, que siguió a un breve intervalo, fue un poco más lógica, y sin duda lo que la mayoría de los asistentes habían ido a ver, ya que los miembros restantes de Queen subieron al escenario.
El primer número posterior al intervalo, «Tie Your Mother Down», fue un hito significativo en la historia de Queen en más de un sentido. Era la primera vez que la banda tocaba en público desde la muerte de Mercury; May cantó el verso inicial y el coro. Y con Joe Elliott de Def Leppard asumiendo las funciones vocales durante el resto de la canción, también fue la primera vez que tocaron con un cantante diferente. Elliott admitió más tarde que, en ese momento, no se dio cuenta de lo importante que había sido su actuación.
Por supuesto, Elliott fue uno de al menos 15 artistas que se pusieron en los zapatos de Mercury aquella noche, con las razones que May explicó en 2020 en la serie de YouTube «Queen The Greatest». «La tarea de encontrar a una persona que pudiera hacer todo lo que Freddie podía hacer hubiera sido prácticamente imposible», dijo. “Toda la gama de canciones de Queen es considerable. Es un catálogo muy, muy colorido con todo tipo de enfoques vocales necesarios».
La mayoría de estos enfoques valieron la pena. Seal («Who Wants to Live Forever») y Lisa Stansfield («I Want to Break Free») representaron con aplomo la nueva vanguardia del pop. Gary Cherone de Extreme («Hammer to Fall»), uno de los tantos que regresaron, fue el más cercano en espíritu, dominando el escenario de una manera que sugería que había estado tomando consejos de las imágenes de Mercury que se habían reproducido durante la primera mitad del concierto. Y Elton John y Axl Rose formaron un dream team impensado en el clásico de Queen «Bohemian Rhapsody».
Sin embargo, John estaba menos entusiasmado con compartir el escenario con todos los demás en el número de cierre «We Are The Champions». «Sentí que no quería involucrarme en la pelea», dijo. «Fue un día muy conmovedor, pero me sentí un poco intimidado por eso».
La interpretación más impresionante fue innegablemente la de George Michael. El ícono del pop les recordó a todos su carisma natural y su conmovedora voz en tres temas poderosos, dos de los cuales («These Are The Days of Our Lives» y «Somebody to Love») aparecerían en su EP «Five Live», que alcanzaría el número uno en las listas del Reino Unido. Años después, Queen convocaría a Paul Rodgers de Free y luego a un subcampeón del programa de televisión «American Idol», Adam Lambert, como reemplazos permanentes de Mercury, con resultados contrastantes. Pero todos los que salieron del estadio de Wembley esa noche creían que Michael era el sucesor más obvio del trono de Mercury.
Sin embargo, pocos pensaron lo mismo sobre Robert Plant. El dios del rock necesitaba confiar en una hoja con la letra para interpretar «Innuendo», el último éxito de la banda en las listas de éxitos del Reino Unido e irónicamente un tema inspirado en Led Zeppelin. Aparentemente, Plant estaba tan avergonzado por su presentación que pidió a los productores que lo omitieran del lanzamiento en DVD del concierto en 2002. David Bowie, mientras tanto, desconcertó al público cuando de repente se arrodilló para rezar un Padrenuestro.
«Un par de mis amigos estaban sentados cerca de Spinal Tap y estaban mudos de incredulidad», diría el propio Bowie más tarde.
Estas travesuras inesperadas ayudaron a mantener los ojos de todo el mundo pegados al evento y quizás, a su vez, también salvaron muchas vidas. Como dijo George Michael en vivo en el escenario, se predijo que aproximadamente 40 millones de personas contraerían el VIH/SIDA para el cambio de milenio; el número real resultó ser justo por debajo de eso en 36,1 millones.
Sin embargo, los fondos recaudados por el concierto tributo a Freddie Mercury no alcanzaron las cifras esperadas. Aunque los informes iniciales afirmaron que el concierto había recaudado 35 millones de dólares, ciertos expertos le dijeron a la revista People que la cifra estaba más cerca de los 8 millones. De hecho, algunos creían que el evento tuvo problemas para alcanzar el punto de equilibrio. Sin embargo, lo que quedó fue suficiente para lanzar The Mercury Phoenix Trust, una organización benéfica diseñada para continuar la lucha contra el SIDA y, como resultado, convertirse en un componente esencial del incomparable legado de Mercury.
Con motivo del aniversario, Queen subió en su canal oficial de YouTube el video completo de la segunda parte del show, aunque solo estará disponible por 48 horas.